7 pasos para empezar un proyecto y empezar a hacerlo realidad
Empezar un proyecto es lo que más ilusión nos puede hacer y lo que más nos puede desanimar, así que se trata de hacerlo muy bien para evitar luego pérdidas de autoestima que nos harán estar peor de lo que estábamos antes de planteárnoslo. Eso no te puede pasar.
Índice
¿Qué considero yo un proyecto personal?
En algún otro post anterior ya planteaba la respuesta a esta pregunta así que ahora no me voy a extender con esto. Pero sí te diré que para que yo considere algo que me propongo como un proyecto personal ha de cumplir alguna de estas tres condiciones:
- Proporcionarme satisfacción personal
- Mejorar mi calidad de vida
- Hacerme ganar dinero
Si no cumple alguna como mínimo, yo lo considero una sucesión de acciones. Como digo en el vídeo, «Hacer la revisión anual de mi coche», me niego a considerarlo un proyecto personal porque no cumple ninguna de las tres. «Preparar una paella de marisco el próximo domingo», tampoco. Me niego a abrir una carpeta con los pasos para ninguna de esas dos cosas o para cosas similares. Lo siento, no soy un purista de GTD.
¿De donde salen los proyectos?
De tus bandejas de entrada. Fácil. Importante que no se te escapen las buenas ideas que podrían convertirse en proyectos que te harán mejorar tu satisfacción personal, tu calidad de vida y tu economía. Para que eso no te pase, no lo dejes al azar de que tu mente lo recuerde cuando llegues a casa o a tu lugar de trabajo, ¡APÚNTALO! o grábalo en tu teléfono móvil que tiene una aplicación muy chula para eso. Luego lo revisas y analizas si te interesa convertirlo en un proyecto, pero que no se te escape por entre los dedos de la mente como arena fina. Estás avisado.
Los 7 pasos para empezar un proyecto
El paso cero es lo que te decía antes. Capturar la idea que luego convertirás en tu proyecto, pasarla por el filtro de las consideraciones que te decía al principio y decidir si tienes el tiempo para ponerlo en práctica, los recursos necesarios para conseguirlo -o al menos para empezarlo, ya que quizás esos recursos no los tengas ahora pero puedas conseguirlos- y el ánimo y la motivación que necesitas para convertirlo en realidad.
Primer paso. Dale nombre al proyecto.
Los proyectos pueden tener un nombre provisional que ya irás definiendo más adelante, pero has de saber cómo te refieres a ello porque sino se quedan en el plano de la indefinición más absoluta y ni siquiera llegan a empezar. Has de saber a qué te refieres para empujarlo y para anotar lo que tendrás que hacer en tu agenda.
Segundo Paso. Definir el objetivo.
Sin objetivos no vas a ninguna parte. Si no sabes a dónde vas, acabarás en otro lugar. Así que define el proyecto como un objetivo. Si quieres ayuda para hacerlo ve a la página de RECURSOS que acabo de estrenar esta semana y encontrarás un documento que te ayudará a formularlos correctamente. Podrás descargarlo como todo lo que hay en esa página. Gratis y fácil. Pero te resumo que lo has de formular de manera que sea concreto, con fecha y expresado en positivo. Si quieres más detalles, ve al documento. Cuando ya sabes lo que quieres conseguir porque lo has formulado correctamente, ya tienes tu brújula que te guiará en el proceso de hacer todo lo que hay que hacer para conseguir el proyecto.
Tercer Paso. Abrir carpetas de proyecto.
Deberás ver si tu proyecto será solo algo físico, es decir que necesitarás papeles e incubarlos o será virtual, necesitarás incubar archivos y enlaces informáticos; o ambas cosas, que suele ser lo habitual. Yo suelo abrir una carpeta física, transparente y de un color determinado para evitar perder tiempo con etiquetas, y una virtual en mi ordenador que guardo en la nube para evitar imprevistos. A esas carpetas con el nombre del proyecto irán incubándose todos los recursos, documentos e informaciones que necesite para hacerlo y que iré revisando semanalmente.
Cuarto Paso. Imprimir la Tabla de Seguimiento.
En el mismo apartado de RECURSOS al que me refería antes encontrarás un documento para descargar que se llama Tabla de seguimiento de proyectos. De él te hablo en el vídeo que ilustra este post y te será muy útil para controlar el ritmo al que avanza el proyecto y para ir conociéndote a ti mismo, ya que te ayuda a valorar la dificultad que para ti ha supuesto cada uno de los pasos que has hecho. Muy útil, descárgalo ahora.
Quinto Paso. Definir lo primero que harás.
Todos los proyectos, por más largos y complicados que parezcan, empiezan con un primer paso o acción que debe ser fácil y gratis. Encuéntralo, hazlo y habrás empezado tu proyecto. Si empiezas con algo que hacer que sea caro y difícil te estás complicando la vida y para empezar un camino, no es la mejor forma empezarlo con llagas en los pies y unas botas que te aprietan. Tiene mala pinta. Así que simplifica y empieza.
Sexto Paso. Define las próximas acciones.
No soy muy partidario de hacer toda la planificación de posibilidades de todo lo que tengo que hacer para conseguir un proyecto por varias razones. La principal es porque me distrae de lo único que puedo hacer que es el paso en el que estoy; pero también porque me obliga a trabajar con hipótesis sobre el resultados de un paso anterior y eso suele ser poco útil. Muchas veces he tenido que rehacer un camino para redefinir pasos y eso ha supuesto tiempo y energía. Ahora ya no lo hago, me centro en el paso en el que estoy preveo el siguiente, no más. También evito así la angustia que puede suponer ver en perspectiva que hay un paso difícil que sé que me costará. Esa anticipación de las dificultades no me ayuda y en algunos casos y con algunas personas llega a bloquearlas tanto que no avanzan, sin pararse a pensar que aún no han llegado a eso y que cuando lleguen seguro que no lo verán como algo tan insalvable.
A esas acciones previsibles inmediatas, ponles fecha. Como mínimo fija en qué semana las vas a hacer, luego ya concretarás el día y la hora, pero como mínimo fija la semana y verás como tu proyecto avanza sin parar hasta el objetivo final.
Séptimo Paso. Pon esas acciones con fecha en tu agenda.
La agenda es el cuaderno de bitácora de tu proyecto. Aquello que registra el estado del avance del barco, el rumbo y lo cerca o lejos que está del puerto al que quieres que llegue. Te ayudará mucho saber el estado de tu proyecto cada vez que hagas la revisión semanal, ya que eso te permite decidir si aceleras o ralentizas el ritmo. No pienses que las acciones que lleva aparejado un proyecto son menos importantes que las del día a día o te quedarás atrapado en el suelo y no volarás. Tus proyectos son los que te llevarán a una categoría superior, a un mejor nivel de vida, a mejorar tu satisfacción personal y a ganar más dinero, así que no los dejes de lado y los conviertas en actores secundarios en tu agenda.
HACER, el paso definitivo.
He dicho que había siete, pero hay ocho. El último es que te pongas a hacer lo que anotas en tu agenda sin excusas. Busca el tiempo, los recursos y el ánimo para hacer realidad tus proyectos y verás como el premio no es solo que los consigues, sino además que te conviertes en alguien más organizado, más productivo, más disciplinado y con mucha más autoestima. No está mal.
Jaume Josa