Delegar. Tu herramienta de liderazgo para desarrollar el talento de tu equipo
Delegar no tiene nada que ver con «pasarle a alguien un marrón». Dejémoslo claro desde el primer momento. Es justamente lo contrario y en este post espero convencerte para que te conviertas en un apasionado fan de delegar en lugar de alguien que lo hace a regañadientes, que seguro que es lo que te pasa ahora.
Índice
¿Por qué nos cuesta tanto delegar?
Cuando hablo con las personas que hacen cualquiera de mis cursos de liderazgo, tanto presenciales como on line, especialmente el Programa Liderazgo y Comunicación S.XXI, es extraño que alguien me diga que sabe delegar, que lo hace sin problemas y con total confianza y acierto. Normalmente lo que me llega es justamente todo lo contrario. «Me cuesta mucho delegar» es de las frases que más escucho cuando hablo con profesionales que ejercen labores de liderazgo.
La razón por la que nos cuesta tanto delegar es porque choca contra nuestras creencias. Nos han enseñado a no delegar tanto en el cole como en el trabajo. Nos han dicho muchas veces que si quieres algo bien hecho tienes que hacerlo tú. En el mundo de nuestros padres, donde relacionarse con otras personas que supieran hacer cosas era caro y complicado, puede que eso fuera cierto, pero hoy en día no es así. Justamente estamos en la época en que encontrar a alguien que esté muy preparado para hacer algo es muy fácil. Hacemos una sencilla búsqueda en Google y tendremos muchos expertos cerca dispuestos a entregarnos lo que saben hacer, y en muchos casos, de forma completamente gratis.
Luchar contra las creencias no es tan fácil como parece. No todas son negativas, es cierto, pero te diré que hay que estar muy atento a cuáles son potenciadoras y nos ayudan a crecer y a desarrollar nuestro talento y cuáles son limitadoras y nos impiden desarrollarlo. Esta es claramente una de las que nos limita y de las peores, porque no nos damos cuenta de que es negativa.
Voy a demostrarte que lo es. Y recuerda que…
Solo hay dos cosas que puedes controlar: lo que piensas y lo que haces.
Decide hoy mismo si lo que piensas sobre delegar te ayuda a ser mejor líder o te limita y decide hoy mismo delegar algo en alguien para demostrar que puedes hacerlo distinto.
¿Qué es, de verdad, delegar?
Antes he dicho lo que no es delegar, pero quizás ha llegado el momento de explicar en qué consiste delegar eficazmente. Es más fácil de lo que piensas porque solo hay que seguir un criterio:
¿Quién es la persona o personas que mejor resultado pueden obtener?
Este debería ser el criterio principal a la hora de delegar algo. Ya sé que ahora podría ser que estuvieras pensando, «Pues por eso no delego, porque yo soy el que hace mejor todo lo que hay que hacer». Si eres de esos, empieza a rebajar tu ego. Ve al colgador donde has dejado lo que llevabas puesto al entrar y observa lo que has dejado colgado. Exacto. Ya lo has visto. Supongo que te has dado cuenta de que lo que hay colgado no es la capa de superman ni superwoman, sino tu chaqueta o tu abrigo. Eres una persona normal, con sus capacidades y sus virtudes, sin duda, pero no tienes superpoderes, así que ten por seguro que las otras personas de tu equipo también tienen las suyas. La otra opción es que de verdad tu equipo esté formado por una panda de inútiles. Si es así, replantéate totalmente cuáles son los criterios para elegir a los que forman tu equipo.
Como no creo en esa opción, lo que te diré es que has de tener muy claros cuáles son los puntos fuertes de los que forman tu equipo. No esperes que te los digan de buenas a primeras, pero has de hacer todo lo posible para identificarlos y para que cada una de las personas que lo forma los sepa, que, como decía en el post anterior, es algo muy muy importante.
Una vez tienes claros los puntos fuertes de los que forman tu equipo ya tienes una pista de lo que puedes delegar en ellos y ellas.
Si tú lo haces todo porque piensas que eres quien mejor puede hacerlo, cometes un error de los grandes: ocupas todo tu tiempo e incluso el que no tienes y eso hace que la calidad de lo que podrías hacer muy bien sea mucho peor de lo que podría ser. Si, en cambio, delegas aquello que otras personas pueden hacer (incluso no tan bien como tú, pero que acabarán haciendo mejor), ganas tiempo para hacer muy bien aquellas que solo tú puedes hacer.
¿Por qué es muy positivo liderar delegando?
Los líderes que delegan suelen ser los mejor valorados por sus equipos. Esto ocurre porque envían un mensaje que va mucho más allá de sus palabras y que se ilustra con sus hechos. Decir «confío mucho en vosotros» es solo palabrería si no va acompañado de gestos reales que lo demuestren. Delegar es el más potente de todos los gestos que puedes hacer.
¿Qué mensajes son los que envía un líder que delega?
- » Yo no lo sé hacer todo, ni falta que hace. Para eso tengo a mi equipo.»
- «Confío en que lo haréis bien, por tanto, no temo nada delegar en vosotros.»
- «Ayudo a desarrollar el talento de los que forman mi equipo que es lo que más valoro.»
- «Animo a tomar decisiones, por tanto, entreno a personas a ser críticas y responsables.»
- «Implico a los que forman mi equipo en los proyectos que manejamos dándoles protagonismo.»
No tienen mala pinta esos mensajes, ¿verdad? A mí me gusta trabajar con líderes que tienen estas cinco ideas muy claras y las transmiten muy bien, por tanto, elijo ser un líder así. Conseguir transmitir eso parece muy complicado, pero te aseguro que con el uso correcto de la herramienta delegar lo consigues fácilmente y de forma muy sincera.
¿Puedo delegarlo todo?
La respuesta es no. Sí puedes delegar todo aquello que harán mejor otras personas, pero no puedes delegar aquello que es tu valor principal y que es lo que tú harás mejor que nadie.
A mí me gusta compararlo con el término externalizar que se utiliza en márqueting.
¿Qué es lo que una empresa puede externalizar?
Pues aquello que no es su actividad principal. Una empresa que fabrique ordenadores puede externalizar la limpieza, la contabilidad, la publicidad… pero no puede delegar diseñar y fabricar ordenadores, aunque su fábrica esté en China. Pues bien, tú no puedes delegar lo que sea tu actividad principal. Si eres el director de una empresa y tu valor principal es la relación con los clientes eso es lo que no puedes delegar porque tú eres quien debe hacerlo y quien lo hace mejor.
Yo puedo delegar la coordinación de mis cursos on line, delego la contabilidad de mi empresa, delego la promoción de mis cursos en redes sociales, pero no puedo delegar responder a mis clientes, a los participantes en mis Programas, porque ese es el principal valor de mis cursos. En el vídeo que recibe alguien que pregunta algo estaré yo y nadie más.
¿Todo lo que delegas se hace de la misma forma?
Pues tampoco.
Hay algo que debes tener en cuenta cuando delegas un proyecto o una acción en otras personas:
¿el resultado final sigue siendo responsabilidad tuya?
Si la respuesta es sí, debes establecer un sistema de seguimiento pactado con la persona en quien delegues ese proyecto; si la respuesta es no, ya has acabado. La responsabilidad pasa a ser de la otra persona, así que confías y lo dejas en sus manos.
Por mi experiencia te diré que eso te conviene dejarlo muy claro y explicarlo de manera diáfana o habrá mal rollo entre los miembros de tu equipo. Si no explicas porque actúas distinto en un caso o en otro, las personas en quien delegas podrían malinterpretar la razón por la cual tú intervienes en un seguimiento o dejas de intervenir. Cuando eso ocurre, lo más lógico es pensar «Vaya, se nota que no confía en mí, porque conmigo quiere hacer un seguimiento y en cambio con él, no.» o «Vaya, mira como pasa de mí, que ni siquiera quiere hacer un seguimiento de lo que me encarga.» Ambas opciones son igual de malas y te generarán problemas. Por tanto, deja claro que no tiene nada que ver con las personas, sino con la responsabilidad final. Si sigue siendo tuya, has de hacer un seguimiento; si pasa a ser de la otra persona, no debes hacerlo porque es su responsabilidad.
¡Y además ganas tiempo!
Por si delegar no tuviera bastantes ventajas y no fuera una herramienta suficientemente útil para fortalecer tu liderazgo y desarrollar el talento de los que forman tu equipo, encima te da tiempo.
Por eso quiero que veas lo de delegar como algo que tiene que ver también con tu ámbito personal. Si delegas áreas de responsabilidad de tu vida en personas de tu entorno familiar, verás que consigues espacios de tiempo que mejorarán tu calidad de vida y te permitirán hacer otras cosas que seguro que te gusta hacer y que crees que no tienes tiempo para hacerlas. En un post anterior te hablaba de encontrar estas cosas nuevas que quieres incluir en tu vida este año. Recuerda que para poder disfrutarlas has de tener tiempo. Ese tiempo que necesitas está en las cosas que puedes delegar. Encuéntralo. Está ahí esperando.
Delegar poner la lavadora y recogerla en tu hijo de 15 años es algo muy educativo que te dará tiempo; delegar pasear al perro; delegar ir a recoger a tus hijos al cole; delegar la declaración de la renta; delegar la limpieza de tu casa; delegar la organización de algo; delegar esas pequeñas cosas que hacen que tu día sea aburrido para que acabe en una butaca de un teatro y una cena con tu pareja o un partido de tenis con tus amigos.
Entrénate a hacerlo y verás como muy pronto dominas el arte de ser más feliz y mejor padre, madre o jefe, delegando. Porque delegar…
- Favorece la confianza.
- Entrena la comunicación.
- Te libera de tiempo.
- Hace que los que forman tu entorno crezcan.
Jaume Josa, octubre 2018
Si quieres más, en este vídeo encontrarás mi explicación sobre las claves de lo que es DELEGAR.