Desconectar para volver a conectar

 

Cómo darle tanta importancia a desconectar que a conectar, para justamente conseguir ser más eficaz personal y profesionalmente.

 

Estoy a menos de 16 horas de empezar uno de mis períodos de vacaciones del año y me lo tomo tan en serio como cualquier curso que dé en una empresa o como cualquier asesoramiento que haga a un cliente a un colegio o a cualquier alumno. He llegado a la conclusión de que, para llegar al máximo de mi rendimiento, para conseguir optimizar al máximo el tiempo y para desarrollar cada día más mi capacidad de organización tengo que desconectar a lo largo del año varias veces. Sin desconectar no puedo conectar. Ahora vas a ver cómo puedes hacerlo tú.

Hace muchos años tuve un alumno en COU que se llama Juan Pedro Ferrio y de él aprendí esto que te voy a contar. Empezaré diciendo de él que de entre los muchísimos alumnos brillantes que he tenido la suerte de tener en clase, él es probablemente el más brillante de todos, o como mínimo estaría en el top tres, seguro. Pitter, que es como lo llamábamos en aquella época, llegaba a COU desde 5º de Formación Profesional, un salto imposible en aquellos años, pero no para alguien tan inteligente como él que obtuvo unas notas brillantes a lo largo del curso y acabó con Matrícula de Honor. Cuando llegó el momento de preparar Selectividad él alternaba el tiempo de estudio con la lectura de El pequeño príncipe, la obra de Antoine de Saint Exupéry. Cuando me lo contó le pregunté, porqué lo hacía, y me respondió que lo hacía para desconectar y relajarse. No solo le sirvió para eso, sino que fue capaz de relacionar una pregunta del examen de Filosofía con la emblemática obra que estaba leyendo esos días. Un genio. Su nota en ese examen fue un 10.

Su caso lo hemos comentado muchas veces con compañeros profesores que lo tuvimos en ese curso y lo hemos explicado a muchos alumnos en esos días previos a la prueba de acceso a la Universidad para que entiendan lo que significa desconectar para conectar.

Te decía antes que para mí es tan importante una cosa como la otra. Cuando comento mis objetivos a algunas personas me dicen que estoy loco porque no descansaré nada si los cumplo. No es así, al contrario. Lo que conseguiré es descansar mucho sin dejar de estar muy enchufado a lo que quiero conseguir y además sé que, consiguiéndolos, viviré mucho mejor a la vuelta en el mes de septiembre porque tendré gran parte del curso planificada y lista. Hacerlo así me permitirá encontrar muchos momentos de vacaciones a lo largo del año, momentos de desconexión que serán muy útiles para cuando tenga que volver a conectar con mi actividad profesional.

¿Qué es desconectar? Es hacer algo distinto a lo que habitualmente haces profesionalmente. Yo me paso muchos días de mi vida conectado a un ordenador porque el 75% de mi trabajo gira al entorno de la tecnología, así que desde mañana mismo voy a hacer una cura de desconexión de unos 15 días sin abrir un ordenador y voy a dejar el teléfono móvil en la estantería de mi casa. Voy a leer mucho y sobre todo libros que no tengan que ver con mi actividad profesional. Como te dije, he preparado una colección de 10 novelas negras que estoy ansioso por empezar. También tengo la idea de desconectar paseando mucho por Menorca y dedicar tiempo a la charla, a tomar el sol, a nadar, a correr, a cocinar y a ver los primeros partidos de la pretemporada del FC Barcelona y del equipo en el que jugará mi hijo la próxima temporada. También espero ir al cine y al teatro y a cenar en esa colección de restaurantes que mi familia tenemos en nuestra agenda mental donde comemos, hablamos y disfrutamos del lugar.

Todo eso es desconectar. Cuando regrese de estas dos semanas y hasta el mes de septiembre en que empezarán algunas de mis actividades profesionales al cien por cien, alternaré momentos de trabajo, preparando lo que tengo previsto, con momentos de desconexión y sé que cuando llegue el mes de septiembre tendré muchas ganas de empezar de nuevo y de disfrutar de todo lo que vendrá.

La clave de la vida es disfrutarla, tanto cuando estás de vacaciones como cuando estás trabajando porque tengas la sabiduría o la habilidad de encontrar muchos momentos de conexión máxima junto a muchos otros de vacaciones absolutas durante todo el año.

Entrénate a conseguirlo y verás la cara que tienes cada día cuando te levantas, tanto si son lluviosos lunes de invierno, como domingos radiantes de verano. Tú decides tu actitud siempre.

¿En qué vas a desconectar?

¡Hasta la vuelta!

Jaume Josa, julio de 2016.