¿Cómo será tu vida después de las vacaciones?
¿Cómo pinta tu año hasta el mes de julio?
¿Sabes lo que quieres que pase en tu vida en los próximos meses?
¿Qué vas a hacer para que pase?
Me encantan las preguntas, ya ves.
Me gusta terminar la temporada haciéndome preguntas como esas que te hago a ti y siempre me dejo algunos días del mes de julio para reflexionar y darle vueltas a las respuestas. En esta época no suelo ponerme a escribir artículos ni a grabar vídeos, sino que me lo tomo con calma. Me gusta pararme a revisar lo que he hecho en este «curso»: lo que ha ido muy bien, lo que puede mejorar, los que han sido mis éxitos más importantes y los que han sido mis errores más graves. En este mes de julio me estoy dedicando a mi casa. He hecho algunos cambios en el jardín, he replantado flores para esta época, he cambiado algunas de las hamacas que había, he abonado el césped, he buscado un sistema de riego más eficiente y lo he hecho instalar… ; como siempre que acaba una temprada, he llevado a reciclar algunas cosas que ya no utilizamos; he hecho revisión de armarios y he dado ropa que yo no uso y que otros pueden utilizar y he reordenado mi despacho y he archivado las carpetas con los proyectos que he hecho en este curso.
Tiempo de revisión
Pararse a revisar es de las cosas más productivas que podemos hacer. Siempre explico en mis cursos que lo que hacemos mal no cambiará solamente porque ya lo hayamos hecho mal. Necesitamos de la reflexión de que eso no ha salido como esperábamos y de que podemos hacerlo mejor, necesitamos darnos cuenta de qué hemos hecho mal y concretarlo al máximo para no repetirlo; pero lo mismo ocurre con lo que hacemos muy bien, con nuestros éxitos. Para repetirlos debemos fijar en nuestra mente (y en alguna libreta) exactamente lo que ha sido clave en la consecución de ese éxito. Si no lo hacemos, esperamos que eso vuelva a ocurrir por arte de magia… y eso no pasará.
Revisar lo que has hecho a lo largo de varios meses te ayuda a fijar lo que debes cambiar y a fijar lo que debes potenciar y repetir. Ambas cosas son igual de importantes.
Afilar el hacha
Supongo que sabes ese cuento que explica que un leñador empezó a trabajar cortando troncos con su hacha y el primer día cortó muchísimos, al segundo corto algunos menos, pero lo achacó a que estaba cansado del primer día, pero ese ritmo de cortar troncos cada vez fue a menos hasta que temió que lo despidieran. Cuando fue a hablar con el capataz para darle explicaciones que ni él sabía de porqué su rendimiento iba bajando día a día, no sabía qué excusa poner. El capataz le hizo una pregunta ¿te has parado a afilar el hacha?
Por más tiempo que dediquemos a cortar troncos hay un momento en que has de parar y hacer la mejor inversión para seguir cortándolos: afilar el hacha. Yo lo hago varias veces al año. En verano, cuando tengo varias semanas de vacaciones de mi trabajo habitual, en que hay un paréntesis en mis clases, un paréntesis en mis cursos a empresas y mis conferencias, aunque siga con el seguimiento de mis programas online, me gusta dedicarme a afilar el hacha. Es el momento de renovar lo que sé con conocimientos nuevos, el momento para aprender algo que ha provocado mi curiosidad este curso, el momento para leer mucho y renovarme con ideas que a partir de septiembre pondré en marcha en mi trabajo. Si no hiciera eso, al final mi hacha no cortaría. Tendría que trabajar mucho más tiempo y con mucho más esfuerzo para conseguir acercarme a los resultados del pasado… y tú ya sabes que para mí el tiempo es lo más importante.
¿Qué harás tú para afilar tu hacha? ¿Qué necesitas aprender para que después de tus vacaciones tu vida sea mejor de lo que es ahora? ¿Qué necesitas entrenar para hacer muy bien a la vuelta? ¿Qué éxitos quieres repetir?
¿Cuáles son tus proyectos?
Decide cuáles van a ser los proyectos a los que dedicarás tiempo y esfuerzo en el año próximo. Ahora es el mejor momento porque tienes muy recientes las sensaciones que hasta las vacaciones has tenido de tu vida personal y profesional. No cambiará nada si no haces algo para que cambie. Así que lo primero que te sugiero que hagas es decidir qué es lo que quieres cambiar.
¿Qué quieres que haya en tu vida que en este curso no ha estado?
¿Qué quieres que desaparezca de tu vida?
Haz unas listas cortas, céntrate en aquello que más mejorará tu calidad de vida. Tres cosas como máximo en cada pregunta y conviértelas en tus proyectos para el próximo curso.
Sigue un criterio fácil antes de convertirlas en tus proyectos. Si responden afirmativamente a, como mínimo, una de estas preguntas, tíralo adelante, si no es así, olvídalos y busca otros proyectos.
¿Te hace ganar dinero ese proyecto?
¿Hace que mejore tu calidad de vida?
¿Te provoca satisfacción personal?
Es fácil. Un negocio nuevo, una casa nueva, visitar a un pariente al que tienes olvidado; proponer algo nuevo a tu empresa, cambiar de imagen, recuperar tu afición por salir a correr dos días por semana… No se trata de cambiar toda tu vida, se trata de empezar por mejorarla cada día un poco para que acabe siendo la que te gusta vivir.
Recuerda que la vida es lo que pasa mientras estás haciendo otros planes, como decía John Lennon. Pues no dejes que esa sensación te atrape y disfruta de cada uno de los 1440 minutos que tienes cada día.
Y si necesitas mi ayuda sabes que estaré para dártela. Ponte en contacto conmigo para explicarme cuáles son tus proyectos y yo te ayudaré a darle vueltas sobre cuál es el primer paso que puedes dar.
Te espero en El Club de los que Tienen Tiempo.
Jaume Josa.