Junto al manejo de conversaciones difíciles y muy conectado con el tema anterior está el manejo del bajo rendimiento en alguna persona o en alguno de los equipos que lideramos. Si nuestra tarea principal como líderes del siglo XXI es la de desarrollar al máximo el talento de nuestros equipos a nivel colectivo pero también a nivel individual, la oportunidad que nos da manejar los momentos de bajo rendimiento no la podemos dejar pasar.
El bajo rendimiento no es el problema en sí mismo, sino un síntoma del problema. Atacar el bajo rendimiento sin tener en cuenta que nos puede dar mucha información sobre el problema para resolverlo es un error que no puedes cometer como líder.
En el vídeo que tienes a continuación verás los 5 pasos que has de seguir para manejar una situación de bajo rendimiento. Aprovéchala para conocer mejor a quien trabaja contigo y para conocer mejor los puntos débiles de la organización. La información es clave en la mejora de los procesos y en el desarrollo del potencial de las personas, así que entender cuáles son las verdaderas causas del bajo rendimiento y evitar que tengan lugar en tu organización conseguirá que la eficacia del trabajo de tu equipo se dispare de manera absoluta.
Míralo con una actitud abierta al cambio, sobre todo al cambio de actitud por tu parte y enfocándote siempre a conseguir la mejor solución posible, no a hurgar en el problema.
Presta especial atención a las causas del bajo rendimiento, que son:
- Capacitación deficiente
- Baja motivación
- Uso inadecuado de las herramientas
- Desconocimiento de la tarea
- Incompatibilidad con el liderazgo
- Aspectos laborales
- Dificultades con el entorno
- Problemas de salud o personales
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